
Preparando la Navidad
- Buenas noches
- 25 diciembre, 2022
Buenas Noches.
Se siente cercana, muy cercana la Navidad. En el ámbito social y público no hay ciudad ni pueblo, ni aún aldea por insignificante que sea, en que no aparezcan signos de la Navidad; calles y plazas, árboles y farolas con adornos alusivos; comercios, grandes y pequeños en competencia prometen hacerte feliz Navidad con su gran variedad de productos,
Nuestro hogar se enriquece igualmente con motivos navideños: serpentinas de luces, flores, música de villancicos, el nacimiento y sus figuras centrales: José y María al pie del niño Jesús, desnudito entre las pajas en sus cuna, los pastorcitos con sus ovejitas y corderitos, los reyes magos en segundo plano, todavía no ocupan el lugar junto al Niño, los pastores se les han adelantado y ocupan el espacio más cercano al Niño. El árbol de Navidad, resplandeciente con sus luces, estrellas y esferas brillantes, se halla cercano al Niño Jesús; rompiendo barreras culturales, se ha instalado junto Niño Dios, cuando no, ha ocupado su lugar.
Más y más cosas nos llaman la atención en la Navidad, aunque algunas de ellas innecesarias a mi modo de pensar, pero que de facto, han venido ganando nuestra atención y, aunque un tanto superfluas, se nos ha hecho imprescindibles para celebrar la Navidad.
Permítanme sugerirle a escasos días de la Navidad, inspirado en la meditación del pasaje de Isaías profeta, quien visualiza confusamente, a través de ocho siglos, a una joven mujer-virgen, que da a luz a un niño, a quien dará el nombre Emmanuel, expresión hebrea, que significa, “Dios con nosotros” (Is 7,10-14), que, sin tratar de corregir al profeta, me agrada más, decir: “Dios en mí, en ti, en ustedes”, que mediten en silencio esta visión-anuncio, rumiándola en su mente y mi corazón en silencio, solitos. No les asuste la dificultad en concentrase, distracciones en los primeros momentos, dudas, ni el pensamiento que les dice: “pierdes el tiempo…”. Continúa tu actitud silenciosa de mente y corazón en lo profundo de tu ser, “Dios en ti”. Permanece en el silencio, quietud, da tiempo a escuchar una voz en tu interior, que te dice, “Aquí estoy”, y pregúntale: “¿qué deseas de mí, mi Señor? Y escucharás respuesta. Habrás descubierto a “Dios está en ti”.
En el silencio te reencontrarás en comunión con Dios en ti, y celebrarás en el amor una Navidad Nueva, porque Dios es amor y te impulsará al amor fraterno y solidario y a Él, y te sentirás como Pablo el Apóstol, elegido para compartir tu experiencia de renacimiento con otras personas, que esperan vivir también una Navidad Nueva, sin guerras ni venganzas, sin miserias ni ignorancias, sin pobres abandonados ni gentes excluidas, sin…, pues todas esas cosas no están en los planes de Dios, de Jesús de Nazaret, nacido “del linaje de David en cuanto a su condición de hombre, y en cuanto a su condición de Espíritu Santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos” (Rom 1,1-7).
Intentemos vivir este renacimiento, la Navidad Nueva de un Dios dormido, olvidado en lo profundo de mí ser, que despierta en mí por la meditación; Él espera mi intento de despertar para ayudarme con su gracia. Y si ya estoy viviendo esa Navidad Nueva, escucho en mí corazón su voz que te llama a despertar al que lo tiene dormido u olvidado, pues a ti y a mí, ya despiertos, nos ha confiado esa labor tan bella, que va más allá de las muchas cosas secundarias en que me entretengo en la preparación de la Navidad,
Fray Pablo o.p. 18 de diciembre 2022,